¿Qué pasa si en vez de vivir el futuro con incertidumbre, lo damos por sentado? Esta semana más que hacernos la peli, construimos un futuro posible.
Imagen Lucas Todaro
por Tofu
¿Les pasó alguna vez que desearon algo con tanta claridad que de pronto se encontraron viviendo, un tiempo después ese deseo casi tal cual lo construyeron en sus mentes? El mundo contemporáneo nos ofrecen un montón de herramientas para ir hacia lo que queremos: visualización, meditación, listados, boards y técnicas de neurohacking. La lista sigue y todos los ítems va hacia el mismo lugar: concretar.
Joe Dispenza, a quien venimos citando bastante en este último tiempo, nos invita al siguiente ejercicio: estar en la energía de nuestra intención, vibrando los sentimientos del futuro. Agradecer de antemano por lo que sucederá, como si ya estuviese pasando.
También destaca el gran peso de la gratitud como gesto de abundancia. Dice que la abundancia es el gesto de estar recibiendo, que es la “firma emocional” de que algo ya ha sucedido. Cuando una persona practica la gratitud y tiene una intención clara de futuro con el corazón abierto, su cuerpo estará viviendo entonces en el presente la sensación de lo que sucede en el futuro.
¿Qué sería la gratitud para este caso de deseos futuros? Vuelvo a destacar esto de nuevo: agradecer por aquello que deseamos como si estuviese sucediendo.
Es decir: trabajando en la visualización del futuro, el cuerpo ya siente en el presente la emoción de lo que sucederá. La mente inconsciente no puede distinguir entre la experiencia real y la que no. Tu cuerpo cree lo que tu mente recrea.
Nada me asegura que las cosas sucedan, pero si logramos llegar a ese cenith donde vivimos el presente como si ese futuro deseado estuviese sucediendo, dejamos de vivir en la incertidumbre de lo que pasará, dejamos de ir buscando, de cómo pasará y cuándo será. Nos dejamos de intentar predecir o controlar o esperar ese momento.
“Tu cuerpo cree lo que tu mente recrea.”
Dispenza sostiene que cuando logramos domesticar a nuestra mente para que esto suceda, aparecen sincronicidades, serendipia, coincidencias, oportunidades que van desencadenando ese resultado final que venimos intencionando.
El vision board, la Pachamama de la visualización:
Acá ya hablamos mil veces del vision board, ¿verdad? ¿Queda alguien en la sala que no sepa de lo que estoy hablando a esta altura? Una cosa que me pregunto seriamente hace un tiempo: ¿Pinterest existe gracias al vision board o el vision board existe a raíz de Pinterest? En fin, sigo con lo importante.
Por si las dudas refresco: El vision board está basado en los principios de la Ley de atracción (hola pseudociencia, te abrazo), este recurso gráfico reúne una colección de imágenes, frases, objetos, papelitos, memorabilia que funciona como representación visual de tus objetivos y deseos futuros.
Si hay evidencia científica de si visualizar, me asegura concretar, te lo debo, pero lo que sí pude comprobar, es que cuanta mayor claridad, foco y mirada hacia lo que deseamos tengamos, más cerca estamos de concretarlo. Pero para atender a la tribuna escéptica y corrernos por un instante de lo mágico que es creer, podemos pensar en el efecto opuesto: resulta que deseo algo y no hago nada al respecto, no le dedico espacio mental, libido, tiempo efectivo. Lo deseo pero miro para otro lado. ¿Qué posibilidades tengo entonces de que efectivamente se concrete? Mmmmm…
Yo tengo mi board de protector de pantalla. Lo miro todos los días varias veces. La única dificultad es que cuando me voy a trabajar fuera de casa, digamos que mi sueño futuro lo tiene en vista hasta el barista del café de especialidad, pero es un precio que me banco pagar, con tal de poder materializar. Un quemo, ya sé.
En este reel Ceci Olive, nuestra experta en marketing digital, nos cuenta cómo es eso de hacer tu board de manera manual, o sea: con tijera, Uhu y recortes.
¿Qué tienen que ver la hora de mimir con tu vision board?
En esta nota, Tara Stewart, neurocientífica y catedrática de la universidad de Oxford y el King’s College, nos cuenta cómo afecta positivamente a nuestro futuro esto de visualizar nuestras proyecciones.
“La observación de imagénes basadas en tus deseos imprime en el cerebro oportunidades que de otra forma pasarían desapercibidas. Esto es así porque el cerebro tiene un proceso llamado value-tagging (taggueo o registro de valor), el cual graba aquello que considera importante en el subconsciente, filtrando la información innecesaria”. Es decir, si nosotros le asignamos valor a esa información (en este caso nuestros deseos y proyectos futuros), el cerebro los va a priorizar. Esto también funciona para las listas escritas de cosas por hacer.
Hay maneras de boostear este efecto y mejorar la fijación, por ejemplo mirando el board o listado antes de dormir y a primera hora de la mañana.
Acá retomamos esta cualidad que tiene el cerebro de no saber distinguir entre algo que está realmente sucediendo y la imagen de ese suceso, ya sea visual o mental. Es por eso que las pelis de terror desencadenan mecanismos similares en el sistema nervioso, porque el el cerebro interpreta que el verdadero hecho sucediendo.
Ergo, volviendo al tema del mes, hacerse la peli, guionar el futuro, diseñar tu vida (como diría May Groppo), son todas formas de llegar a lo mismo: construir la vida que deseamos y que nos merecemos. A por ello!