Últimamente, mi infusión preferida para acompañar mis momentos creativos, es un té chai con hojas de té verde.
El té tiene menos teína (que es lo mismo “molecularmente hablando” que la cafeína, solo que proviene del té) y estoy buscando bajar mi consumo de estimulantes, porque como casi el 99% de la población en cuarentena, también tengo mi ritmo circadiano hecho un… circo. Ja!
Pero además me estoy inclinando por el té verde por sus fantásticas propiedades:
- es rico en polifenoles, por lo que se lo estudia como un reductor de inflamación y una ayuda contra el cáncer.
- contiene catequina (EGCG o galato de epigalocatequina), un antioxidante natural que ayuda a prevenir el daño celular (entre otros beneficios) reduciendo la formación de radicales libres en el cuerpo. El té verde tiene un 30% de EGCG en peso, ¡un montón! Mucho más que lo que contienen otras fuentes (chocolate, palta, frutillas, manzanas, entre otras).*
Pero: no todo es alegría. Hay un estudio que indica que puede interferir con tu absorción de vitamina B9 (folato). Por lo que no se recomienda si estás embarazada, y si no lo estás, es bueno chequear dónde están tus niveles en sangre y suplementar o ajustar tu consumo… lo que necesites para encontrar tu balance salud/alegría.
Otra opción que está ganando adeptos al minuto (me incluyo entre los early adopters de esta tendencia que vaticino será furor en breve), es el cocomate. ¿De qué se trata? De llenar tu querido mate con coco rallado y hierbas. Buscá que sean orgánicas. Una combinación sencilla y ganadora: manzanilla, cáscara de naranja y coco. Si sos audaz, lavanda. Más tradicional, cedrón. Es suave y buena compañía durante el invierno, cuando necesitamos beber algo calentito durante todo el día.
¿Cuál es tu infusión preferida? ¿Te animás a probar una nueva?
