Si ya entendimos que primero se trata de aprender a cuidarnos a nosotras mismas, ahora es turno de habilitar a nuestra persona social. Esta semana los vínculos tocan nuestra puerta, nosotras la abrimos y también nos lanzamos a explorar qué hay del otro lado.
—Por @Tofucita
Volcar la mirada hacia nosotras mismas es un ejercicio que todas sabemos que hay que hacer si queremos llevar una vida más plena. Pero, en algún momento, luego de despertar esa conciencia, de encarar ese trabajo, nos toca volver a mirar hacia afuera para poder reencontrarnos con los demás desde un lugar nuevo. Nuestro desafío ahora es social, se trata de aprender o re aprender a vincularnos.
Esta fase, en el mundo gamer, sería algo como un nivel más avanzado del jueguito: es más compleja porque ya no se trata de mí misma, si no de la interacción con otros. Esta nueva etapa nos pide que recordemos que somos seres sociales, que el roce es inevitable, que para nuestra propia supervivencia y plenitud en este mundo, es necesario poder trabar lazos con los demás y fundirnos en algo más grande que nosotras mismas. Como dice la famosa frase en inglés: no man is an island (ninguna persona es una isla).
Necesitamos poder reconocer e integrarnos en ese entramado que nos sostiene. Porque, ¿quiénes somos si no nos vinculamos socialmente?
La era de Acuario destaca la importancia del colectivo teniendo en cuenta las necesidades del individualismo. Nos pide que, como parte de la estructura social, aportemos activamente para sostenerla y a su vez esa estructura nos da pertenencia.
Vincularse en el siglo XXI
Jugar, observar con curiosidad, hacer un ejercicio mostrando distintas posibilidades. Eso propone Alaleh Nejafian en esta charla con Mia Astral. La terapeuta destaca que es nuestra generación, la de las que estamos entre los treintis y cuarentis –sí, les hablo a ustedes happimessies– la más desorientada en estos temas, porque venimos criadas por familias con una estructura muy convencional, mientras que las generaciones más jóvenes, en tan sólo un par de décadas, pegaron el salto cuántico en estos temas.
Tenemos una mirada que cuestiona los patrones vinculares de nuestros padres, pero no tenemos el sistema operativo de un centennial, que ya viene chipeado con otra apertura. Quedamos en el medio, viendo que onda, preguntándonos qué es lo que viene, testeando formatos o rechazándolos profundamente. Toda una danza de la confusión.
“El amor romántico tiene mucho
Alaleh Nejafian
que aprender de la amistad”
Lo que propone Nejafian en esta charla, y que me parece muy interesante de destacar, es que más allá de los vínculos de pareja es esencial trabajar en las redes afectivas. ¿Qué sería eso? Esos espacios grupales que nos sostienen en todo momento: un buen grupo de amigas de la vida, el grupo de yoga, las chicas del taller de cerámica, “las del laburo“, esta mismísima comunidad que sostenemos acá, chicas.
Teniendo y cultivando estos grupos, una no se queda vacía cada vez que no funciona una relación porque siempre hay adonde volver, porque no soltamos todo corriendo detrás de un vínculo sexo-afectivo, porque nunca nos fuimos de ese espacio de contención colectiva.
Para poder sostener esta estructura –no digo que ya no la estemos alimentando, sólo la pongo en palabras– es necesario desterrar la creencia del amor romántico o amor Disney.
¿Qué es el amor Disney?
Desde Cataluña y con otro acento pero con varios puntos en común, tenemos a Brigitte Vasallo desarticulando este concepto.
Algunas bases de este mito del amor Disney serían: la unión eterna, la exclusividad, la entrega incondicional y renunciar al deseo propio para satisfacer a otro. El mito promueve, además, la idea de que el amor todo lo puede.
En el amor romántico la mujer es “rescatada por un caballero en su corcel”, (exagero, pero me entienden) y todo aquello a lo que ella pertenecía y que le pertenecía (familia de origen, amistades, intereses, deseos, vocación) se deja de lado en pos de este nuevo vínculo. Serán felices para siempre.
“Si generásemos auténticas redes afectivas, estaríamos mucho más protegidas”
brigitte vasallo
El amor Disney nos aleja de nuestros grupos o redes de contención, y por eso, cuando la burbuja explota y el amor se esfuma, sentimos que no nos queda nada.
Vasallo propone, al igual que Nejafian, cultivar y mantener siempre nuestro grupos de contención. Incluso declara que para ella el poliamor tiene más que ver con las redes afectiva que entretejemos, que con los vínculos sexo-afectivos. Vuelvo mucho a los grupos de amigas, que la mujeres sabemos alimentar tan bien.
“Para mí es una idea mucho más revolucionaria, que a tu vecina de adelante, que hace cinco días que no la ves, que sabes que es una persona mayor, le toques la puerta para saber cómo está y le lleves un plato de sopa para que no tenga que cocinar. Eso para mí es poliamor”
brigitte vasallo
Brigitte nos invita a no dejar que el espacio de la pareja eclipse nuestra vida, rodearnos de grupos que nos den estructura afectiva, crear verdaderas familias elegidas a partir de esta red. Y destaca que eso es vital para poder envejecer saludablemente, pero eso lo conversamos en otro posteo.
Así que, amicha, si conociste a alguien que te vuela el marulo y tu instinto natural es desaparecer de todos esos lugares que solías habitar, te recuerdo que la vida es circular y que hay cosas que van y vienen, pero el grupo de buenas amigas siempre te sostendrá.
Bonus track: Moai
Moai es un término japonés que se refiere a un grupo de personas que está acompañada por los mismos intereses. Generalmente se desarrollan como grupos comunitarios (pertenecen a un mismo pueblo, barrio, comuna), son muy sólidos y se sostienen en distintas áreas: asistencia social, financiera, servicios de salud e intereses religiosos.
Las culturas más longevas del planeta sostienen este sistema u otros similares. En Argentina podríamos pensar en el club barrial, pero el Moai sostiene a sus participantes de manera más integral. Imaginen envejecer y que el grupo pueda ayudarte con tus deudas y temas de salud. Esa es la verdadera jubilación.
Tender redes, sostener amigos, ser sostenidas, vincularnos amorosamente sin soltar todo. No temer al amor, abordarlo con abundancia. Como dice Astro Viking en su cuenta de Instagram:
“El amor no es estrategia. Es libertad. Es riesgo. Es entregar el control aunque eso implique que muera todo aquello que me conté que soy“
astro viking
1 comentario
Hola chicas! Gracias por esta columna mágica. Toda esta semana estuve reflexionando sobre los vínculos, sobre lo importante que son y cómo uno como ser sociable necesita nutrirse de ellos de una manera sana y auténtica. Todo esto también me llevó a pensar lo necesario de saber distinguir entre vínculos que nos elevan de esos que nos generan a veces tanta infelicidad… para seguir analizando supongo!
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