El concepto de “belleza” es sin duda uno de los más debatidos, revisados, resignificados y reconquistados de los últimos años. ¿Es definible la belleza? ¿Qué es algo bello hoy?
La belleza tiene una definición: está ligada a una experiencia de los sentidos (se percibe) y genera placer o satisfacción (sensaciones y sentimientos). Como el camino arranca en una percepción individual, es siempre una experiencia subjetiva. O sea, cada quién tiene su propia relación construída con la idea de la belleza y aunque compartimos como humanidad una información en el ADN que nos inclina a preferir determinadas sensaciones por sobre otras (ej: buscamos naturalmente la armonía y el equilibrio o la simetría, así como ciertos aromas o colores, porque nuestro cerebro reptiliano procesa esa información como “un entorno seguro”), así como un horizonte cultural “aprendido” que organiza las formas que vemos dentro de los parámetros socialmente aprobados, lo cierto es que todos tenemos la posibilidad de decidir cómo se ve, se escucha, se siente o sabe lo bello en nuestra vida. Por sobre nuestra percepción primitiva y nuestro entrenamiento cognitivo socializado, está nuestra capacidad intelectual de reprogramar todos los significados asociados (ej: “la princesa es linda y es buena”, “la bruja es fea, vieja y mala”, etc).
La carátula del mes de Octubre, con una frase de Brenda Mato y una ilustración que retrata a mi amiga, la bailarina Majo Almejún nos invita a RESIGNIFICAR y APROPIARNOS. Y ellas son mis chicas del mes porque son referentes en hacer justamente eso. Brenda fue tapa de revistas que antes no hubiesen retratado mujeres con sus formas. Majo es bailarina, desafiando los límites que la disciplina tradicionalmente impone a las mujeres en cuanto al peso corporal que deben tener para formar parte de una compañía.
¿Y por qué es importante que ellas pasen al frente ahora? Porque estamos invadidos por imágenes que definen la belleza dentro de un parámetro súper acotado. Tan acotado que Megan Jayne Crabbe (más conocida como @bodyposipanda) en su libro Body Positive Power sostiene que la imagen del ser humano que eligen mostrar los medios y las campañas de marketing representa a solo el 5% de la población (¡y a mi ese porcentaje me parece igualmente generoso!).
Ese es el problema: cuando tus consumos (de productos, medios, entretenimiento) te esconden el otro 95%, te están sacando de tu vida un montón de posibilidades de placer, alegría y satisfacción para tu vida. Es fácil verlo en cuerpos, pero… ¿en que otras categorías aparece este bias? Cuando te ponés a pensar un poquito, la tarea de deconstruir lo bello es inmensa.
¿Cuál es el problema con el favoritismo del marketing por ese 5%? Que usa esa zanahoria construida a puro refuerzo para hacernos sentir imperfectos. Por lo tanto, no estaríamos habilitados a darnos por satisfechos hasta cumplimentar con los requisitos del molde del 5% (un imposible). Y mientras nos niega el placer de sentirnos plenos tal como somos, nos secuestra la energía a favor de sus programas de embellecimiento. Secuestrados en su agenda de consumo, nos perdemos la oportunidad de usar el 100% de nuestra energía vital en traer al mundo toda la belleza que podemos crear. La belleza que existe del otro lado de la torta, en el lado más grande. Y puede que sea el más rico también (sin duda hay mucho más chocolate de ese lado).
Resignificar requiere nuestra atención consciente, que no es otra cosa que nuestra capacidad de criticar lo que se nos presenta y se nos propone, a la luz de los valores y la ética-estética que queremos para nuestra vida. Si no tenemos claro qué queremos, es difícil frenar los embates del marketing de la belleza. Date tiempo para reflexionar sobre esta pregunta.
Apropiarnos requiere coraje, porque nos llama a ocupar lugares y a soltar otros. Es decidir que no querés continuar utilizando tus recursos para cumplir con la agenda de la estética establecida, y recuperarlos para vos, para darles el uso que quieras, mientras que además no te autoexcluís de los lugares que querés ocupar, pese a no ocuparlos desde esos cánones estéticos con lo que no acordás. Como hacen Brenda y Majo.
En conclusión: “Sé la mujer que tenés ganas de ser”, como dice Bebe en “Ella”, una de las canciones que les deje en la playlist Happimess de Octubre, en Spotify (ya la pueden escuchar en este link, es inspiración para acompañarnos mientras indagamos este tema durante todo el mes).
Es hora de dejar de buscar las recetas afuera. Tu definición es tuya. Sé libre, ¡ya sos bella!